sábado, 21 de mayo de 2011

Veinte años y un día

Sólo había leído de Jorge Semprún La escritura o la vida y por alguna razón absurda, o quizás por el Efecto Almudena, temía leer este otro libro que me prestaron, que no me gustara y perder a Semprún en mi corazón.

Pero no. La novela no defrauda. Saga familiar, guerra civil española, intensa carga erótica y juegos en torno a la figura del narrador y los modos de contar esa historia. Hasta tiene dos finales para elegir el que a uno le venga mejor. Yo elegí el final feliz, obvio.

Me pareció moderno en su escritura, político y vital, y cachondo. Si me permiten, por esta vez, seguir puntuando como en el otro blog, le pongo cinco estrellas federales fucsias.


Dato de color: es el primer libro que Semprún escribe en castellano. Semprún es español, pero vivió todo su exilio en Francia y había escrito hasta entonces siempre en francés.

Otro dato de color: en una firma de libros en Alemania, una señora se sorprendió de lo bien que hablaba alemán y le preguntó dónde lo había aprendido. Papelón. Semprún se limitó a responder: en Buchenwald.

Si no saben, googleen, que no es mi obligación ponerlos al tanto de todos los horrores de este mundo.

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