miércoles, 18 de mayo de 2011

Incomunicado

Ayer era el gran día: iban a venir a instalarnos teléfono e Internet. De 8 a 16 podía venir el técnico, Perez tenía que ir a laburar al mediodía, yo tenía todos los números para quedarme durante la tarde. A las 9 llegó un falso Calabró que hablaba sólo alemán, y bastante rápido. Esta dormidísimo y no le entendía nada. Buscaba la ficha de teléfono, le dijimos que no había, amagó con irse, apareció un vecino salvador que lo llevó a un subsuelo para que viera la caja con las líneas de teléfono, nos dijo que la nuestra no andaba, que teníamos que pedirle a una empresa telefónica que nos pusiera una y después debíamos pedir otro turno (¿para el de ayer esperamos un mes!). Hablé, en inglés, con el dueño de la casa, le conté la situación, me dijo que sus empleados iban a arreglar ese problema de cables hoy a la mañana. Efectivamente, a las 7.30 ya estaba resuelto. Sólo quedaba ir de nuevo al negocio del cable a pedir otra reunión. Antes de salir me llamó el hermano de L. y me pidió que le devolviera el celular que su hermana me había prestado apenas llegamos (y todavía no le compré reemplazo), porque tenía una reunión de laburo en otra ciudad y temía perderse. "Y ese es el teléfono con el que me muevo siempre que vengo". Se lo tuve que llevar, aproveché la excursión para ir a quejarme, el flaco del mostrador llamó a la central para pedir que manden otro técnico pero justo era el día en que la empresa pone a punto su sistema y durante toda la jornada no toma pedidos. Me acordé de un amigo que fue a la Biblioteca Nacional el Día del Bibliotecario. Cabizbajo, volví a casa, sin celular, sin Internet, sin teléfono. Pasé por un negocio y pregunté qué celular me convenía. Me hicieron tantas preguntas ("¿qué empresas tienen tus amigos?" No tengo amigos, papá, recién llegué al país"), me ofrecieron tantos planes que no me quedó otra que irme y postergar la decisión.

Disculpen la catarsis pero a alguien se lo tenía que contar.

1 comentario:

  1. Pero nada de disculpas! Para eso estamos de éste lado del Océano. Y para eso está el blog! Abrazo

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